Como medio de comunicación no podíamos quedar indiferente a uno de los deportistas más destacados del último tiempo y estrella indiscutida de la XVII versión del Valparaíso Cerro Abajo, se trata del ciclista nacional de enduro y descenso urbano, Pedro Ferreira, quien se alzó como ganador de competencia organizada por Red Bull y que se llevó a cabo en los cerros de Valparaíso durante el verano pasado.
Se podría afirmar que sí, que el destino está escrito, pero que también es algo que se puede cambiar. Ese parece ser el caso de Pedro Ferreira, cuyo destino en el deporte pudo haber sido la competencia en motocross y no en bicicleta. “Desde los 11 hasta los 13 años competí en motocross, de hecho salí campeón regional, pero con el tiempo y aprovechando que también tenía una bicicleta me fui cambiando de disciplina de a poco. Me gustaba mucho competir en motocross, pero el entrenamiento se me dificultaba bastante porque siempre tenía que salir en compañía de mi viejo, no podía salir solo. En cambio, con la bicicleta no, la tomaba y me iba al cerro, en ese aspecto debo confesar que disfrutaba mucho más la bicicleta que la moto, además la bici me era mucho más accesible y es el medio de transporte sin motor con el que mayor velocidad puedo alcanzar”, confiesa.
De igual forma y a pesar de haber abandonado la competencia de motos, Ferreira tiene mucho que agradecer a este vehículo. Primero porque su primera bicicleta de competición se armó a partir de piezas de suspensión de motos y segundo porque un taller para reparar este tipo de transporte ha sido el sustento económico de su familia. “Hasta el día de hoy mi viejo tiene su taller de motos, cosa que agradezco muchísimo porque de no haber sido por ese taller yo no podría haber entrado a competir de forma profesional. Para el año 2003 que fue cuando comencé a practicar yo tenía una bicicleta rígida y la única posibilidad de poder adquirir un vehículo especialmente acondicionado para la ocasión era encargándola a Estados Unidos, pero como también era costoso, con mi papá decidimos experimentar y armamos nuestra propia bicicleta. Compramos unos cuadros de fierro y le agregamos suspensión de motos, esa fue la primera doble suspensión que tuve, pero pesaba entre 28 y 30 kilos, era una bicicleta bastante pesada”, recuerda.
Ya para el año 2007, agrega, que es cuando hace su debut profesional las marcas se empiezan a interesar en su carrera, así es como recibe el apoyo de Commencal Chile quien le obsequia su primera bicicleta profesional de competición. “Mi carrera tiene harto de autodidacta, iba al cerro, me tiraba, iba al cerro, me tiraba, y así, solo fui viendo como poder aumentar la velocidad y como mejorar la técnica. Obvio que cuando uno es más chico desafía los límites y busca lanzarse cerro abajo a la mayor velocidad posible, pero de grande ya no porque esos límites se vuelven más peligrosos”, asegura.
Y vaya que Ferreira, oriundo de Quilpué, V Región, sabe de peligros y de lesiones que están muy asociadas con su práctica. Cuando chico sufrió fracturas de muñeca y el año recién pasado tuvo una rotura parcial del ligamiento cruzado, pero, afortunadamente, dice, sanó rápido.
En cuanto a las diferencias geográficas y de clima, Pedro Ferreira destaca que tanto Perú como Argentina poseen un tipo de suelo muy parecido al de Chile, destacándose principalmente por lo seco del lugar. Mientras que Brasil y otros países de clima tropical se caracterizan por suelos más húmedos y fangosos. “Nada del otro mundo, en una semana uno se te adapta fácilmente”, afirma.
— Nos podrías describir la sensación y emoción que se siente al descender en bicicleta los cerros de Valparaíso a tan alta velocidad.
— “Mucha adrenalina, pero full presión también. Creo que es una las carreras con mayor adrenalina del año por el tipo de público y porque se tiene menos margen de error. Una caída a cincuenta kilómetros por hora te puede significar fácilmente la muerte o terminar con el noventa por ciento del cuerpo quebrado. Por lo tanto, siempre es importante mantener el enfoque y la concentración, solo así se puede evitar el que choques con un poste, con un muro o con las barandas”.
El deportista es especialmente crítico con la poca cobertura que este tipo de disciplina tiene en los medios de comunicación locales. “En lo personal me apena muchísimo la escasa cobertura que recibe el descenso en tierra que es igual de espectacular que el de Valparaíso. La gran diferencia entre uno y otro es el número de espectadores, mientras el primero casi no tiene público, el segundo cuenta con un importante grupo de seguidores y eso se debe principalmente a que las personas han dimensionado el nivel que se puede alcanzar al bajar un cerro en bicicleta. ¡El problema es que claro, como solo tenemos una carrera de ese nivel acá en Chile, tanto el público como la prensa lo olvidan fácilmente!”, opina.
Ferreira también tiene comentarios para la casi nula inyección de recursos que recibe este tipo de deportes, al respecto, destaca, esta es una disciplina que no tiene mayor inversión porque no es un deporte olímpico. “Lamentablemente las autoridades de gobierno siempre ven el deporte como algo físico, pero el deporte también es técnica, ¡el descenso es mucha técnica! Entonces yo creo que este último no tiene una mayor inyección económica porque no cabe dentro de la categoría de deporte olímpico. Esperemos que con el tiempo sea una disciplina que genere el interés del Estado, pero también de la empresa privada”, invita.
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Los triunfos
En la actualidad Pedro Ferreira cuenta con los títulos de Downhill Challenge Medellín que el deportista chileno obtuvo en Colombia el año 2018 y el recién estrenado título de la XVII versión del Valparaíso Cerro Abajo que se disputó en la Quinta Región en febrero pasado. “Mi proyección es seguir ganando los urbanos más importantes de Sudamérica, creo que tengo el potencial suficiente para lograrlo y para posicionar a Chile como uno de los países con los corredores de descenso urbanos más rápidos. En vista de que tenemos la carrera más famosa, mínimo que debemos aspirar a tener a los mejores competidores del mundo y por supuesto que yo quiero ser uno de esos competidores”, sentencia.
Su agenda durante este año contempla las siguientes fechas: en mayo es el tuno de Puerto Vallarta, México; le sigue China en el mes de octubre; Medellín, Colombia en noviembre, para finalmente cerrar en el estado de Taxco, México. “En total son cuatro las carreras más importantes que me quedan por competir, pero de igual forma voy a participar en algunas fechas de enduro nacional, eso sí, solo a modo de entrenamiento, sin ningún tipo de presión”.
*Fotografías: José Luis Dehekeren y Claudio Olguín.
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