El pasado domingo 16 de diciembre se llevó a cabo en el Movicenter de Huechuraba, la Strider Cup, Chile 2018, evento de ciclismo infantil organizado por la marca de bicicletas Strider Chile, en las categorías de 2,3, 4 y 5 años.
La consigna era ganar, pero muchos de «esos locos bajitos» estaban más interesados en divertirse que en alzarse como ganadores. De hecho varios de ellos rompían en llanto porque una vez finalizada su carrera querían repetirse el plato, y no porque quisieran ir por la revancha, sino por el solo hecho de sentir a temprana edad la adrenalina de correr en bicicleta. Y es que a pesar del intenso calor de ese día, el ánimo de los competidores en ningún momento decayó.
Un poco de hidratación, una capa más de bloqueador, ajuste de cascos y a por la segunda vuelta. ¿Los más felices?, por supuesto que las niñas y niños pero también sus padres, «chochos» de ver a sus pequeños competir. Su rol, en tanto, fue apoyar a sus hijos con cánticos y gritos de aliento, al más puro estilo de la Fórmula 1. Pero el suyo también fue un apoyo moral, en especial cuando no se cumplían las expectativas y los pequeños no finalizaban la carrera como ganadores. El premio, ahí, era un beso y un abrazo bien apretado por parte de los padres.
La versión 2018 de esta Strider Cup estuvo llena de color, de cascos con diseños y caritas pintadas, pero si hubo algo que se echó mucho de menos, fue la presencia de más niñas competiendo, las hubo, pero fueron las menos en comparación al número de niños inscritos. Ha de esperarse que la versión 2019 tenga mucha más presencia femenina.