Montserrat Ballarin

—Yo amo mi bicicleta porque…

—Porque me lleva a todos lados, porque siento que es el medio de transporte más eficiente, porque haces ejercicio y llegas al trabajo con otra disposición. O por ejemplo, cuando te toca una jornada laboral extensa te vas en bicicleta y te sacas el día del cuerpo, pero por sobre todo porque creo que es el medio de transporte más eficiente para moverse por Santiago en este momento, eso a pesar de que no hay un número de ciclovías que quisiéramos que hubiese, que todavía no hay una convivencia tan sana entre los ciclistas y los automovilistas, o entre los peatones y los ciclistas.

—Mi destino favorito en bicicleta es…

—En verdad no tengo destinos tan de paseos. Más bien la uso para el día el día, para moverme de un lado a otro, sobre todo a la hora de los tacos, en especial cuando terminas de grabar y te tienes que ir a una función. Entonces no la uso mucho para destino de paseo, ¡no es que tome la bicicleta un día domingo para salir a pasear!, la utilizo más de lunes a viernes para ir al trabajo y para evitarme el taco.

−Un lugar en el mundo al que pudiese llegar con mi bicicleta sería…

—En algún momento me encantaría hacer la aventura de la Carretera Austral en bicicleta. Tengo unos amigos que lo hicieron y creo que es ¡el viaje de la vida! El 2016 me fui a dar vueltas por el mundo y me fui sola, debo de confesar que fue una gran experiencia, me fui a Portugal, estuve en Berlín, y en todos los lugares a los que fui arrendé una bici, y me movilicé en bicicleta por todos lados, viajando sola con el mapita. Pero sin duda la Carretera Austral es un viaje que me encantaría hacer.

−Si tu bicicleta fuese tu coprotagonista en una teleserie, película u obra teatral, ¿de qué se trataría la trama?

—Yo creo que la trama sería lo feliz que la bicicleta me hace, y lo ñurda que soy a veces para entenderla muchas veces. Porque eso tengo que reconocer, para la mecánica de la bicicleta, para entender el funcionamiento y todo, me cuesta, me cuesta, me cuesta. Entonces, «encuentros y desencuentros de una mujer y una bicicleta», así se llamaría la película (risas).

−Como auténtica bici lover ¿qué le hace falta a la ciudad para incentivar más el uso de la bicicleta?

—Que se piensen las cosas más a largo plazo, porque yo entiendo las iniciativas de hacer más ciclovías, pero si las ciclovías las hacemos a media. Si a los seis meses están llenas de hoyos. Si no trabajamos una cultura que promueva el respeto de peatones hacia los ciclistas, o de los ciclistas hacia los peatones, también. No sé, si tu vas a Berlín te das cuenta que las ciclovías tienen pistas de virajes, que tienen señaléticas, que nadie se mueve en bicicleta en una ciclovía por su izquierda, corriendo el riesgo que te puedas encontrar con alguien de frente. Creo está la motivación por querer empezar a moverse en bicicleta, este mismo sistema de las bicicletas públicas, ¡me parece increíble, pero que pasa que no tienen cascos!, ves a mucha gente utilizando estas bicicletas pero las bicicletas vienen sin casco y los usuarios no están acostumbrados a comprarse sus cascos, y arrendar la bicicleta con el casco. Entonces mucha de esa gente más que movilizarse por las ciclovías se mueve por la vereda, las veredas de Providencia están súper atochadas a la hora del taco.

Considero que tenemos que pensar las cosas mucho más a largo plazo y hacer cosas definitivas. Creo que hay pocas ciclovías que estén en buen estado, en buenas condiciones, que no haya tacos de ciclistas. Además, movilizarse en bicicleta y utilizarla como vehículo requiere un grado de responsabilidad por parte de quien la utiliza, ¡no se puede llegar y subirse a la bicicleta!, se deben cumplir ciertas normas mínimas, tener las luces, utilizar el casco, saber las señales mínimas del tránsito y movilizarse con un poco más de respeto. Se debe generar una cultura cívica, que por lo demás es lo que más falta nos hace en este país, y hacer las cosas, pero hacerlas de verdad. Creo que no hay una sana convivencia y deberíamos hacernos todos responsables, no solo los ciclistas, sino que también los automovilistas, los peatones, las autoridades municipales.

*Fotografías: Javier Martínez González